¿Qué es el cheesecake?
La tarta de queso, también conocida como tarta de queso, es un postre de origen antiguo que se ha convertido en un pastelito icónico a lo largo de los siglos. Su función principal es la de base para galletas trituradas o hojaldre, la cual se cubre con una mezcla cremosa de queso, huevos, azúcar y otros ingredientes y se hornea hasta tener una textura suave pero firme. Hoy en día, la tarta de queso es una de las favoritas en todo el mundo por su textura cremosa, su rico sabor y su versatilidad. Podrás encontrar una gran variedad de recetas de tarta de queso, desde la clásica tarta de queso neoyorquina hasta sabores más creativos como fresa, chocolate, caramelo o limón. Además, la tarta de queso se ha convertido en un alimento básico de la repostería comercial y se sirve en cafeterías, panaderías y restaurantes de todo el mundo. Es popular porque deleita el paladar con su delicioso sabor y su irresistible textura cremosa.
Historia del cheesecake.
La historia de la tarta de queso está entrelazada con la evolución de la cocina a lo largo de los siglos, comenzando con la antigua Grecia y extendiéndose por toda Europa antes de llegar a América. Los primeros indicios de postres parecidos a una tarta de queso se remontan a la antigua Grecia, en el siglo V a. C., donde la tarta de queso se hacía con una mezcla de queso fresco, miel y trigo, y luego se horneaba en un horno. Los olímpicos de la antigua Olimpia y los antiguos atenienses comían este manjar en banquetes y festivales religiosos. A medida que el Imperio Romano se expandió, la tarta de queso se extendió por toda Europa y pasó a formar parte de las tradiciones culinarias locales, adquiriendo nuevas formas y variaciones. En la Edad Media, se registraron recetas de tartas de queso en varias regiones de Europa, algunas de ellas utilizaban requesón, ricota o incluso requesón en lugar de queso griego fresco. Estos cambios dieron como resultado diferentes sabores y texturas de las tartas de queso europeas. Durante la colonización de América, los europeos trajeron sus propias recetas y tradiciones culinarias, incluidas las tartas de queso. En Estados Unidos, la tarta de queso se hizo popular en el siglo XIX, especialmente entre la comunidad judía, que la servía como postre especial en fiestas religiosas y eventos sociales. La receta clásica de tarta de queso de Nueva York, conocida por su sabor cremoso y suave, se convirtió en una de las favoritas de los estadounidenses y todavía se disfruta en todo el mundo. En el siglo XX, con el desarrollo de la tecnología alimentaria y la industrialización de la producción de alimentos, la tarta de queso se convirtió en un postre comercialmente viable. Pastelerías y restaurantes comenzaron a ofrecer una variedad de tartas de queso, desde versiones clásicas hasta versiones más creativas con diferentes ingredientes y sabores. Hoy en día, la tarta de queso es uno de los postres más populares del mundo, disponible en una variedad de estilos y sabores, lo que refleja la diversidad de la cocina mundial. Su rica historia es testimonio de su versatilidad y capacidad de adaptarse y evolucionar con el tiempo, convirtiéndolo en un clásico atemporal de la repostería internacional.
Ingredientes:
Ingredientes para la base:
200g de galletas tipo digestive o galletas de vainilla
100g de mantequilla derretida
Ingredientes para el relleno:
500g de queso crema (tipo Philadelphia), a temperatura ambiente
200g de azúcar
200ml de nata para montar (crema de leche)
3 huevos
1 cucharadita de extracto de vainilla
Ralladura de 1 limón (opcional)
Ingredientes para la cobertura (opcional):
Mermelada de frutas (fresa, frambuesa, arándanos, etc.)
Frutas frescas para decorar (fresas, arándanos, kiwi, etc.)
Preparación:
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa ligeramente un molde desmontable para tarta de unos 23 cm de diámetro con mantequilla o spray antiadherente.
Tritura las galletas en un procesador de alimentos o colócalas en una bolsa de plástico y aplástalas con un rodillo hasta obtener migas finas. Mezcla las migas de galleta con la mantequilla derretida hasta que estén bien combinadas.
Presiona la mezcla de galletas en el fondo del molde para tarta, cubriendo uniformemente toda la base. Puedes presionar con el fondo de un vaso para compactar la mezcla. Hornea la base durante unos 10 minutos, luego retira del horno y deja enfriar mientras preparas el relleno.
En un tazón grande, bate el queso crema y el azúcar hasta que estén suaves y cremosos. Agrega la nata para montar (crema de leche) y continúa batiendo hasta que esté bien incorporada.
Añade los huevos, uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Agrega el extracto de vainilla y la ralladura de limón (si estás usando) y mezcla hasta que estén incorporados.
Vierte la mezcla de queso crema sobre la base de galleta en el molde para tarta. Alisa la superficie con una espátula.
Hornea el cheesecake en el horno precalentado durante unos 45-50 minutos, o hasta que los bordes estén firmes pero el centro aún esté ligeramente tembloroso.
Apaga el horno y deja el cheesecake dentro con la puerta entreabierta durante unos 30 minutos para que se enfríe lentamente. Luego, retira el cheesecake del horno y déjalo enfriar completamente a temperatura ambiente antes de refrigerarlo durante al menos 4 horas, o idealmente toda la noche.
Si lo deseas, puedes decorar el cheesecake con mermelada de frutas y frutas frescas antes de servir. Desmolda con cuidado y disfruta de tu delicioso cheesecake casero.
¡Espero que disfrutes de esta receta de cheesecake!